Normalmente en estas latitudes la víspera del nuevo año está plagada de costumbres entre las que resaltan el subir escalones cargando las maletas para que nuestra añoranza de viajar durante el año se concrete. El uso de ropa interior de colores diversos en la noche de Año Nuevo es importante, sobresaliendo el color amarillo para poder amasar fortunas (o en el peor de los casos unos pesos) y el rojo para tener un año a todo dar.
Comer 12 uvas al repicar 12 campanadas los relojes más antiguos lo hace mucha gente sin saber el significado exacto, incluyéndome, pero se lo realiza con harta devoción. En fin, son varias las costumbres que tiene el boliviano pero aquí expondremos ritos de Año Nuevo bastante desconocidos pero sí, peculiares por donde se los vea que buscaban atraer la salud, el amor y dinero, los tres pilares básicos de la felicidad del hombre. Por lo que no resulta raro toparse con ritos ancestrales, propios de cada cultura y pueblo, que busquen la felicidad, el éxito y la abundancia.
A rodar y rodar al mejor estilo escocés
En Escocia existe la celebración del Hogmanay que consiste en tomar un barril de madera al cual se le prende fuego y se lo echa a rodar por las calles para dar paso bienaventurado al nuevo año. Pasada la media noche presentan su primer pie, como llaman ellos, donde van de visita a casa de sus allegados para desea un feliz año al son un pastel de avena y un vaso de whisky (se dice es el mejor del mundo). Las personas mayores esperan que el primer pie en casa sea el de una persona alta, esbelta y de cabello oscuro que aseveran es indicio de buena suerte.
Los babilonios eran gente muy chévere
Al ver repetirse el curso de las estaciones año tras año, los babilonios vieron pertinente festejar en grande y no es un eufemismo. Llegado el día, empezaban los festejos que dejarían corta a cualquier fiesta rave o preste. Ellos gozaban de un festejo lleno de consumo de bebidas espirituosas que duraba no menos de 11 días apenas la primavera se hacía presente en sus hermosos jardines. Menudo festejo de hace 4000 años atrás.
Rumania y sus esperanzas maritales
En Rumania la costumbre manda que las mujeres solteras caminen hacia un pozo, enciendan una vela y al mirar hacia abajo el reflejo en el agua dibujará en las oscuras profundidades el rostro de su futuro cónyuge. Las que deciden soslayar el viaje hasta el pozo más cercano, toman una rama de albahaca la cual deben colocar debajo de su almohada y en el sueño de esa noche se tendrá un vistazo del hombre que las espera.
Alemania a todo plomo
En el país teutón, aunque no se excluya si uno no es un experto en fundición, se acostumbra celebrar el bleiglessen que consiste en pretender develar los misterios del futuro con una barra de plomo la cual es pasada por una soldadora hasta que se derrita y quede en estado líquido que, gota a gota, se vierte en un vaso. Al volver a su estado sólido, el plomo adopta extrañas formas que con seguridad solamente la ideología alemana podría interpretar como premoniciones del futuro.
Todos al desfile en Bahamas
El festejo en Bahamas es a lo grande y lleno de ritmo y vistosidad visual. Desde hace ya algunos siglos se acostumbra organizar un gran desfile lleno de música y bailarines enmascarados que llevan trajes muy coloridos y bailan al ritmo de tonadas africanas, al final del desfile solamente un grupo es elegido como el ganador indiscutible que, si bien no lleva un premio cuantioso, sí se lleva la gloria de la noche.
Comer 12 uvas al repicar 12 campanadas los relojes más antiguos lo hace mucha gente sin saber el significado exacto, incluyéndome, pero se lo realiza con harta devoción. En fin, son varias las costumbres que tiene el boliviano pero aquí expondremos ritos de Año Nuevo bastante desconocidos pero sí, peculiares por donde se los vea que buscaban atraer la salud, el amor y dinero, los tres pilares básicos de la felicidad del hombre. Por lo que no resulta raro toparse con ritos ancestrales, propios de cada cultura y pueblo, que busquen la felicidad, el éxito y la abundancia.
A rodar y rodar al mejor estilo escocés
En Escocia existe la celebración del Hogmanay que consiste en tomar un barril de madera al cual se le prende fuego y se lo echa a rodar por las calles para dar paso bienaventurado al nuevo año. Pasada la media noche presentan su primer pie, como llaman ellos, donde van de visita a casa de sus allegados para desea un feliz año al son un pastel de avena y un vaso de whisky (se dice es el mejor del mundo). Las personas mayores esperan que el primer pie en casa sea el de una persona alta, esbelta y de cabello oscuro que aseveran es indicio de buena suerte.
Los babilonios eran gente muy chévere
Al ver repetirse el curso de las estaciones año tras año, los babilonios vieron pertinente festejar en grande y no es un eufemismo. Llegado el día, empezaban los festejos que dejarían corta a cualquier fiesta rave o preste. Ellos gozaban de un festejo lleno de consumo de bebidas espirituosas que duraba no menos de 11 días apenas la primavera se hacía presente en sus hermosos jardines. Menudo festejo de hace 4000 años atrás.
Rumania y sus esperanzas maritales
En Rumania la costumbre manda que las mujeres solteras caminen hacia un pozo, enciendan una vela y al mirar hacia abajo el reflejo en el agua dibujará en las oscuras profundidades el rostro de su futuro cónyuge. Las que deciden soslayar el viaje hasta el pozo más cercano, toman una rama de albahaca la cual deben colocar debajo de su almohada y en el sueño de esa noche se tendrá un vistazo del hombre que las espera.
Alemania a todo plomo
En el país teutón, aunque no se excluya si uno no es un experto en fundición, se acostumbra celebrar el bleiglessen que consiste en pretender develar los misterios del futuro con una barra de plomo la cual es pasada por una soldadora hasta que se derrita y quede en estado líquido que, gota a gota, se vierte en un vaso. Al volver a su estado sólido, el plomo adopta extrañas formas que con seguridad solamente la ideología alemana podría interpretar como premoniciones del futuro.
Todos al desfile en Bahamas
El festejo en Bahamas es a lo grande y lleno de ritmo y vistosidad visual. Desde hace ya algunos siglos se acostumbra organizar un gran desfile lleno de música y bailarines enmascarados que llevan trajes muy coloridos y bailan al ritmo de tonadas africanas, al final del desfile solamente un grupo es elegido como el ganador indiscutible que, si bien no lleva un premio cuantioso, sí se lleva la gloria de la noche.
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