Bolivia es un país que goza de una abundante riqueza multicultural, diversa, variada, exquisita. Es por esto que el estudio de sus orígenes y de cómo llegaron a ser lo que hoy en día vemos diariamente en nuestras calles tiene que ser muy tomado en cuenta y ponderado en la cultura general de todos nosotros.
Una de las más emblemáticas danzas es la morenada, denominada “la danza mayor de los Andes”. Admirada por su elegancia, lujo, y diversos factores que convierten a esta expresión cultural un goce para propios y extraños, como también uno de los temas en el que más dudas existen sobre su origen.
Entre las teorías existentes respecto a los inicios de la danza están las de Julia Elena Fortún y Jorge Mancilla, quienes sostienen que este baile es una respuesta a la situación de los esclavos traídos de África para el trabajo en las minas de Potosí, como también una imitación de las danzas de dichos aprisionados. El paso lento y corto significa el arrastre de las cadenas, la matraca, el ruido que realizaban y la máscara y el nombre en sí de la danza quedan claros su motivos. Esta fue hasta hace no mucho tiempo la creencia oficial del origen de la morenada.
Pero, ¿cuál era la situación de los negros en nuestro país en épocas coloniales? Estudios como los de Clara López Beltrán, Alberto Crespo, entre otros, señalan que los esclavos negros eran traídos principalmente del Congo y Senegal. La ruta de ingreso más usada hasta Potosí era la de Buenos Aires. Pero la población africana no pudo aclimatarse ni al clima ni a la altura del altiplano, entonces muchos morían o no podían desempeñar las labores por las que eran traídos. Por este motivo es que fueron relocalizados a las haciendas de los Yungas para que trabajen en los sembradíos de fruta y coca. Así que su tiempo de permanencia en Potosí fue muy corto, y dedicados principalmente a labores de casa (esclavos personales). El principal momento de encuentro entre ambos grupos (negros e indígenas) se daba más entre capataz negro hacia mano de obra indígena.
Esto de cierto modo nos muestra que la hipótesis de que la morenada es un reflejo de los negros esclavos arrastrando sus cadenas no tiene tanta fundamentación, por lo tanto no es tan viable ni fiable, además de que no se realizó un profundo estudio de las fuentes. Una causante de que esta tesis sea esparcida es el trabajo de la prensa, quienes tampoco realizaron una adecuada interpretación de las fuentes. Porque la gente simplemente se dejaba llevar por lo que veía; caras pintadas de negro (antes) y ahora máscaras con rasgos africanos.
Es por eso que ahora surgen nuevas hipótesis sobre el origen de la morenada, mucho más trabajadas y que nos dan una mejor idea sobre esta nuestra hermosa danza. Estudiosos del tema como Simón Cuba, María Luisa Soux, David Mendoza, entre varios más, nos muestran que esa relación morenada-negros es inválida y que su principio se debe a otros factores.
El origen de la morenada está según estos estudiosos en el departamento de La Paz, unos sostienen que es la zona lacustre del lago Titicaca la cuna, mientras Cuba sostiene que es la ciudad de La Paz la que dio origen a nuestra danza.
Es esta última propuesta la que nos dice que la morenada se origina en el siglo XIX en las zonas populares de la ciudad de La Paz, a partir de investigaciones en periódicos de la época y de los libros publicados por viajeros –exploradores franceses de la misma época– que son pruebas interesantes para el sosten de esta idea.
En sus trabajos también nos expone que en la ciudad de La Paz, para esa época, la mayoría de la población era indígena mestiza, por lo tanto, la gente que hacia lujo de la danza era parte de este mayoritario grupo. También nos dice que el gremio más identificado con el baile era el de los sastres, eran estos mismos quienes confeccionaban sus trajes con el mayor lujo posible para poder desfilar su gran habilidad en confección por las calles de la ciudad en carnavales y fiestas patronales. Estos trajes también simbolizaban un intento de sátira de la ropa española, como también una búsqueda de ostentación personal (aspecto que se mantiene fuertemente hasta ahora). Las caras pintadas de negro tenían la intención de mofarse del negro capataz que recibía tratos preferenciales por el hacendado mientras abusaba de los indígenas en la colonia.
Otra propuesta relevante, y que desvirtúa también las hipótesis de morenada- esclavos negros, es la de David Mendoza, quien realiza muy interesantes preguntas ¿Si esta danza es una copia de danza africanas, por qué no las siguieron practicando los mismos negros? ¿Por qué se propone que el aymara sólo imitaba esta danza extraña? ¿Por qué a los habitantes de estas tierras les interesaba tanto representar a los esclavos en la danza y no a sí mismos? Preguntas que no tendrían respuestas si nos aferramos a las viejas propuestas.
Todos estos estudiosos proponen diferentes puntos que enriquecen la historia de esta nuestra hermosa danza. Estudiándola desde aspectos que están bien claros, por lo menos de lo que simboliza la morenada hoy en día. Como se llegó a convertir en una muestra de estatus, mucho más que otras danzas que se bailan en Oruro o el Gran Poder, porque es una fuerte inversión económica la que se requiere para poder bailar en cualquier fraternidad de estas dos principales fiestas nacionales.
Como podemos ver, la morenada no sólo representa un deleite a los ojos y oídos del público que asiste cada año a Oruro y el Gran Poder, sino también que es una muy rica cantera para el análisis de la sociedad paceña, y porque no boliviana, donde en una cosa que puede ser denominada como desperdicio de dinero, tiempo, etc. Tiene un tan fuerte sentido histórico y sociológico, porque es en la danza de la morenada donde se refleja de forma artística la organización social nacional, el imaginario colectivo de todos nosotros bolivianos. Es por este motivo que los estudios de nuestras danzas no puede ni debe parar, ya que el bailar para nosotros nos es simplemente una sacudida de esqueleto, sino más aun, es el demostrar al mundo nuestro arte, como un pintor muestra en su cuadro su estado de ánimo o pensamientos, los bolivianos demostramos a partir de nuestras danzas, y principalmente la morenada, nuestra concepción de la vida, de la sociedad, del diario vivir y sobre todo nuestros orígenes.
Por Diego Herrera Borja
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