El Papá Noel es uno de los íconos de la Navidad y, en estos días, es el anfitrión de muchos negocios que ofertan productos para la época. Disfrazados al estilo del viejito gordo y barbón que aparece en la televisión desde hace varias décadas, muchos jóvenes y adultos de La Paz obtienen el sustento haciendo de papanoeles, incluso sacrificando su propia Nochebuena por la de otros.
Con el traje y el gorro rojos, el cinturón negro, la barba blanca, los lentes redondos y una falsa barriga, los papanoeles que se encuentran en los centros comerciales y en las puertas de los bancos alegran a los niños que transitan por esos sectores.
Pero el trabajo no termina ahí. Cada vez hay más papanoeles paceños que deciden trabajar en Nochebuena, pues ofrecen una gran sonrisa y muchos regalos a los niños de la ciudad.
“Siempre he inculcado a mis hijos y nietos ese espíritu navideño, lleno de amor al prójimo”, asegura Rodrigo P., de 63 años, quien trabaja desde hace varios años como Papá Noel en La Paz.
A Rodrigo el trabajo no le falta. Desde hace seis años la gente lo busca para que haga la representación del famoso personaje de la Navidad, aunque recién desde hace cuatro se animó a hacerlo.
“La primera mamá que me contrató me convenció, porque quería que su hija de ocho años no deje de creer en Santa (Claus). Me ofreció 1.000 bolivianos, supongo que estaría desesperada; le dije que iría por 500”, cuenta.
Desde entonces -recuerda-, sus hijos y nietos se resignaron a su ausencia, porque saben que está alegrando a otros niños.
“Qué importante es la alegría de un niño, que te abrace y te diga ‘¡Qué bien que viniste!’, incluso que llore de emoción cuando Papá Noel toca la puerta. Es un regalo divino para uno”, dice Pablo Patzi, de 29 años, quien desde hace cuatro años visita hasta tres casas en Nochebuena.
Tocando una pequeña campana dorada con una mano y sosteniendo una bolsa de regalos con la otra, los papanoeles paceños recorren la calle de la familia que los contrató con un “Jo, jo, jo”.
Algunos niños los esperan despiertos e incluso les preparan un chocolate con buñuelos o panetón.
Para Diego Flores, de 21 años, ésta es su primera experiencia como Papá Noel. Desde hace tres semanas trabaja en el Shopping Norte y asegura que ya recibió cerca de tres propuestas para visitar en Nochebuena hogares de la zona Sur.
Según la experiencia de estos tres papanoeles paceños, en sus trabajos de los días previos a la Navidad los niños se les acercan para pedirles desde modernos juguetes hasta mascotas, como gatos y perros.
Más sobre el personaje de Navidad
Con el traje y el gorro rojos, el cinturón negro, la barba blanca, los lentes redondos y una falsa barriga, los papanoeles que se encuentran en los centros comerciales y en las puertas de los bancos alegran a los niños que transitan por esos sectores.
Pero el trabajo no termina ahí. Cada vez hay más papanoeles paceños que deciden trabajar en Nochebuena, pues ofrecen una gran sonrisa y muchos regalos a los niños de la ciudad.
“Siempre he inculcado a mis hijos y nietos ese espíritu navideño, lleno de amor al prójimo”, asegura Rodrigo P., de 63 años, quien trabaja desde hace varios años como Papá Noel en La Paz.
A Rodrigo el trabajo no le falta. Desde hace seis años la gente lo busca para que haga la representación del famoso personaje de la Navidad, aunque recién desde hace cuatro se animó a hacerlo.
“La primera mamá que me contrató me convenció, porque quería que su hija de ocho años no deje de creer en Santa (Claus). Me ofreció 1.000 bolivianos, supongo que estaría desesperada; le dije que iría por 500”, cuenta.
Desde entonces -recuerda-, sus hijos y nietos se resignaron a su ausencia, porque saben que está alegrando a otros niños.
“Qué importante es la alegría de un niño, que te abrace y te diga ‘¡Qué bien que viniste!’, incluso que llore de emoción cuando Papá Noel toca la puerta. Es un regalo divino para uno”, dice Pablo Patzi, de 29 años, quien desde hace cuatro años visita hasta tres casas en Nochebuena.
Tocando una pequeña campana dorada con una mano y sosteniendo una bolsa de regalos con la otra, los papanoeles paceños recorren la calle de la familia que los contrató con un “Jo, jo, jo”.
Algunos niños los esperan despiertos e incluso les preparan un chocolate con buñuelos o panetón.
Para Diego Flores, de 21 años, ésta es su primera experiencia como Papá Noel. Desde hace tres semanas trabaja en el Shopping Norte y asegura que ya recibió cerca de tres propuestas para visitar en Nochebuena hogares de la zona Sur.
Según la experiencia de estos tres papanoeles paceños, en sus trabajos de los días previos a la Navidad los niños se les acercan para pedirles desde modernos juguetes hasta mascotas, como gatos y perros.
Más sobre el personaje de Navidad
Costos Los papanoeles cobran entre 300 y 500 bolivianos por visitar una residencia en Nochebuena.
Bienvenida Los niños esperan a Papá Noel con una taza de chocolate y panetón.
Nochebuena Cada Papá Noel visita alrededor de tres viviendas la noche del 24.
Vestuario Algunos elaboran su traje, mientras que otros los adquieren por 100 y 250 bolivianos.
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