La noche más fría del año transcurrió en medio de salchichas, fiestas y un intenso control por parte de funcionarios de las gobernaciones, alcaldías y bomberos, que desplazaron brigadas de control por varios sectores de las ciudades capitales. No obstante, esas acciones no evitaron que algunos vecinos enciendan fogatas, pese a las multas dispuestas contra esta práctica.
En el caso de La Paz, tanto la Gobernación como la Alcaldía emitieron resoluciones para prohibir la venta de juegos pirotécnicos y sancionar a las personas que enciendan fogatas, a fin de prevenir la contaminación y los daños que provocan las humaredas al medio ambiente.
Los funcionarios municipales desplegaron un intenso operativo en toda la ciudad, pero pese a ello hubo gente que prendió fogatas, como constató este medio en zonas como Chuquiaguillo, Villa Fátima, Tembladerani, La Portada, El Tejar, Cementerio y otros barrios de las laderas de la sede de gobierno.
Paralelamente, como ocurre todos los años, los paceños se volcaron a los mercados para comprar salchichas y otros embutidos que con el tiempo reemplazaron la tradición de encender fogatas para quemar lo viejo.
En el caso de la ciudad de Cochabamba, fueron las subalcaldías las encargadas de hacer prevalecer las ordenanzas municipales desplazando brigadas de control y promoviendo festivales en plazas y parques.
Acompañados de grupos de música y globos aerostáticos, los cochabambinos sustituyeron las fogatas con el consumo de los ya tradicionales perros calientes (hot dog) y bebidas apropiadas para paliar los efectos del frío invernal. No obstante, como en La Paza, hubo gente que quemó.
La Alcaldía de Cercado promovió batir un récord Guinness preparando el hot dog más grande, que mide 130 metros y que fue elaborado en El Prado.
En el caso de La Paz, tanto la Gobernación como la Alcaldía emitieron resoluciones para prohibir la venta de juegos pirotécnicos y sancionar a las personas que enciendan fogatas, a fin de prevenir la contaminación y los daños que provocan las humaredas al medio ambiente.
Los funcionarios municipales desplegaron un intenso operativo en toda la ciudad, pero pese a ello hubo gente que prendió fogatas, como constató este medio en zonas como Chuquiaguillo, Villa Fátima, Tembladerani, La Portada, El Tejar, Cementerio y otros barrios de las laderas de la sede de gobierno.
Paralelamente, como ocurre todos los años, los paceños se volcaron a los mercados para comprar salchichas y otros embutidos que con el tiempo reemplazaron la tradición de encender fogatas para quemar lo viejo.
En el caso de la ciudad de Cochabamba, fueron las subalcaldías las encargadas de hacer prevalecer las ordenanzas municipales desplazando brigadas de control y promoviendo festivales en plazas y parques.
Acompañados de grupos de música y globos aerostáticos, los cochabambinos sustituyeron las fogatas con el consumo de los ya tradicionales perros calientes (hot dog) y bebidas apropiadas para paliar los efectos del frío invernal. No obstante, como en La Paza, hubo gente que quemó.
La Alcaldía de Cercado promovió batir un récord Guinness preparando el hot dog más grande, que mide 130 metros y que fue elaborado en El Prado.
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