Erick Ortega.- Una tarde de 1979 Petrona Viscarra no aguantó más y acostó a su hijo Luis Antonio a los pies del Señor del Gran Poder. Entre rezos y lágrimas pidió: “Que se haga tu voluntad”. A su lado, Federico Mendoza no paraba de suplicar y le decía al “Tata” que él iba a cuidar de su imagen y que no iba a dejar que nada le pase…
Han pasado más de 34 años, Luis Antonio tiene una vida hecha (en el olvido quedó la bronconeumonía que casi lo mata cuando tenía año y medio) y Federico se ha convertido en uno de los 15 Custodios del Señor del Gran Poder.
Han pasado más de 34 años, Luis Antonio tiene una vida hecha (en el olvido quedó la bronconeumonía que casi lo mata cuando tenía año y medio) y Federico se ha convertido en uno de los 15 Custodios del Señor del Gran Poder.
La cofradía empezó a organizarse en silencio unas tres décadas atrás. Por entonces, no existían Custodios y sólo un grupo de varones cuidaba de aquella imagen con los brazos abiertos y la mirada sufrida. Hoy son 15 los integrantes de la hermandad: 14 hombres y una mujer.
Cada jueves están allí, en el santuario de la calle Antonio Gallardo. Rezan, afinan los detalles para las misas del Patrono y pasan las horas adorando al Santísimo. “Estamos encargados de la protección y del cuidado del Señor del Gran Poder y del Santo Sepulcro”, explica Mendoza.
Son ellos los responsables de proteger la imagen del templo y en Viernes Santo llevan sobre sus hombros el Santo Sepulcro. Tienen un traje morado y un estandarte que usan en aquellas jornadas. Según cuentan, a veces, cuando están enmascarados y llevan el sepulcro, alguna gente se abalanza sobre ellos e intenta golpearlos para liberar a Jesús de aquel hostigamiento.
Para Carlos Alarcón ser un miembro de la hermandad es un orgullo. “Nosotros cuidamos la imagen, limpiamos el Santo Sepulcro y tenemos todo en orden en el santuario”.
Los Custodios no sólo se dedican a preservar el predio católico; sino que también hacen actividades de beneficencia para el templo. “Nos reunimos y vendemos apis para tener algunos fondos”, explica Alarcón. Lo último que compró la cofradía fue un equipo de sonido para las ceremonias religiosas.
Según ambos Custodios, las puertas de la hermandad están abiertas para todos los creyentes.
Hermandad en tierras españolas
La celebración en honor al Señor del Gran Poder también se realiza en España. En diferentes lugares hay custodios.
En Sevilla está la agrupación de la Pontificia y Real Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso.
Cada jueves están allí, en el santuario de la calle Antonio Gallardo. Rezan, afinan los detalles para las misas del Patrono y pasan las horas adorando al Santísimo. “Estamos encargados de la protección y del cuidado del Señor del Gran Poder y del Santo Sepulcro”, explica Mendoza.
Son ellos los responsables de proteger la imagen del templo y en Viernes Santo llevan sobre sus hombros el Santo Sepulcro. Tienen un traje morado y un estandarte que usan en aquellas jornadas. Según cuentan, a veces, cuando están enmascarados y llevan el sepulcro, alguna gente se abalanza sobre ellos e intenta golpearlos para liberar a Jesús de aquel hostigamiento.
Para Carlos Alarcón ser un miembro de la hermandad es un orgullo. “Nosotros cuidamos la imagen, limpiamos el Santo Sepulcro y tenemos todo en orden en el santuario”.
Los Custodios no sólo se dedican a preservar el predio católico; sino que también hacen actividades de beneficencia para el templo. “Nos reunimos y vendemos apis para tener algunos fondos”, explica Alarcón. Lo último que compró la cofradía fue un equipo de sonido para las ceremonias religiosas.
Según ambos Custodios, las puertas de la hermandad están abiertas para todos los creyentes.
Hermandad en tierras españolas
La celebración en honor al Señor del Gran Poder también se realiza en España. En diferentes lugares hay custodios.
En Sevilla está la agrupación de la Pontificia y Real Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso.
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