Un estudio etnográfico realizado por especialistas del Museo Nacional de Etnografía y Folklore (MUSEF) revela que la figura del Ekeko pierde cada vez más popularidad en la Feria de las Alasitas.
La investigación, que fue plasmada en el libro Alasitas, universo de deseos -coordinado por los investigadores Nelson Martínez y Luz Castillo-, concluye que en los últimos años las imágenes del Ekeko se venden cada vez menos, en contraposición a figuras como el sapo, los gallos, las gallinas y representaciones de otras culturas cuyo culto o afición llegan desde Perú.
El texto, que trata diversos aspectos de la festividad como sus actividades rituales y la interacción de sus actores, señala además que “el diosecillo de la abundancia mermó en su presencia simbólica en el imaginario popular, frente a la Pachamama y las miniaturas”, que son costumbres y creencias originadas en el país.
Entre cientos de anaqueles armados para la feria de 2010, los autores contabilizaron sólo 15 puestos de venta de ekekos en diferentes presentaciones y otros ocho que los exponían junto a diversos productos.
Más allá de la afición por otras figuras, la investigación detecta otro motivo de la “decadencia” del Ekeko que, según la creencia aymara, es un diosecillo que convierte en realidad los deseos o pedidos que se hacen mediante miniaturas.
Se trata de que la gente está cada vez menos dispuesta a cumplir los ritos que demanda esta efigie: que se le encienda cigarrillos y se converse con él, entre otros, y que de no efectuarse -según reza la tradición- provocarían mala suerte.
En coincidencia con los autores del libro, Ramiro Molina, director del MUSEF, afirma que “las Alasitas, como todo, están inmersas en los procesos de la modernidad”.
“Debido a los medios y las tecnologías de la información -agrega- la cultura local asume rápidamente nuevos elementos, a veces en desmedro de lo nativo”.
Pese a que considera que éste es un proceso irreversible, Molina cree que se deben implementar acciones para recuperar al Ekeko, que puede compartir el espectro cultural con cualquier otro elemento o práctica contemporánea.
Conclusiones
Según Castillo, gran parte de las investigaciones sobre el Ekeko tienen un enfoque histórico y no permiten ver la realidad actual, por lo que destaca el trabajo del que es coautora “porque tiene un enfoque etnográfico, es decir, descriptivo y detallista de la situación actual”.
Durante el desarrollo de su trabajo, Castillo evidenció que las Alasitas y otras tradiciones son consideradas como “poco relevantes desde lo académico”, donde muchas veces encasillan al costumbrismo con estudios antropológicos o arqueológicos “en desmedro de una visión más fresca y contemporánea”.
Si bien Alasitas, universo de deseos concluye que no hay peligro de que el Ekeko desaparezca de la memoria colectiva de los paceños y los bolivianos, advierte que si corre peligro “su uso y presencia en los hogares”.
La investigación, que fue plasmada en el libro Alasitas, universo de deseos -coordinado por los investigadores Nelson Martínez y Luz Castillo-, concluye que en los últimos años las imágenes del Ekeko se venden cada vez menos, en contraposición a figuras como el sapo, los gallos, las gallinas y representaciones de otras culturas cuyo culto o afición llegan desde Perú.
El texto, que trata diversos aspectos de la festividad como sus actividades rituales y la interacción de sus actores, señala además que “el diosecillo de la abundancia mermó en su presencia simbólica en el imaginario popular, frente a la Pachamama y las miniaturas”, que son costumbres y creencias originadas en el país.
Entre cientos de anaqueles armados para la feria de 2010, los autores contabilizaron sólo 15 puestos de venta de ekekos en diferentes presentaciones y otros ocho que los exponían junto a diversos productos.
Más allá de la afición por otras figuras, la investigación detecta otro motivo de la “decadencia” del Ekeko que, según la creencia aymara, es un diosecillo que convierte en realidad los deseos o pedidos que se hacen mediante miniaturas.
Se trata de que la gente está cada vez menos dispuesta a cumplir los ritos que demanda esta efigie: que se le encienda cigarrillos y se converse con él, entre otros, y que de no efectuarse -según reza la tradición- provocarían mala suerte.
En coincidencia con los autores del libro, Ramiro Molina, director del MUSEF, afirma que “las Alasitas, como todo, están inmersas en los procesos de la modernidad”.
“Debido a los medios y las tecnologías de la información -agrega- la cultura local asume rápidamente nuevos elementos, a veces en desmedro de lo nativo”.
Pese a que considera que éste es un proceso irreversible, Molina cree que se deben implementar acciones para recuperar al Ekeko, que puede compartir el espectro cultural con cualquier otro elemento o práctica contemporánea.
Conclusiones
Según Castillo, gran parte de las investigaciones sobre el Ekeko tienen un enfoque histórico y no permiten ver la realidad actual, por lo que destaca el trabajo del que es coautora “porque tiene un enfoque etnográfico, es decir, descriptivo y detallista de la situación actual”.
Durante el desarrollo de su trabajo, Castillo evidenció que las Alasitas y otras tradiciones son consideradas como “poco relevantes desde lo académico”, donde muchas veces encasillan al costumbrismo con estudios antropológicos o arqueológicos “en desmedro de una visión más fresca y contemporánea”.
Si bien Alasitas, universo de deseos concluye que no hay peligro de que el Ekeko desaparezca de la memoria colectiva de los paceños y los bolivianos, advierte que si corre peligro “su uso y presencia en los hogares”.
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