La tradición de la ch’alla, en la que las serpentinas, confites y alcohol simbolizan el agradecimiento a la madre tierra por su generosidad, está plenamente arraigada en el occidente del país y, en general, en todo el país en un 52%, según refleja la encuesta de Página Siete.
Es en El Alto donde la costumbre se encuentra más enraizada, entre las cuatro ciudades más pobladas del país, con un 71%.
La Paz con 67% y Cochabamba con 62% muestran también la fuerza de este rito que, en los carnavales y en especial en el martes de ch’alla, se practica con inobjetable fervor.
Es interesante advertir que la ch’alla en Santa Cruz no tiene una influencia fuerte todavía y apenas un 27% sigue la tradición de agradecer a la madre tierra.
Sin embargo, también es necesario destacar que la población occidental que llegó al oriente, conforme pasan los años y comparte su cultura, también contagia la tradición de reciprocidad con la Pachamama, que se representa en el 27% señalado.
En contraste, en esta respuesta es contundente la preferencia por el no a la ch’alla, con un 73%, existiendo en las opciones una tercera posibilidad que era no responder.
Challar significa en idioma aimara “rociar” o “verter” en la tierra u otro bien material con serpentina, alcohol u otros elementos simbólicos a modo de retribuir y agradecer a la Pachamama, la madre tierra.
“Este ritual se comparte por igual en la ciudad como en el campo y destaca la relación entre el hombre y la tierra (la Pachamama). La ch’alla es un rito fundamental de reciprocidad, valor primordial del mundo andino”, según destaca Ostermann.
Según otras explicaciones, esta tradición es también parte de la creencia andina para recordar que cada cosa forma parte de la vida y que el ser humano debe mantener una relación fuerte con su entorno en plenitud.
El martes de ch’álla cierra el largo feriado
Como ya es una tradición en La Paz, el martes cierra el largo feriado con el ritual de la ch’alla, que consiste en un agradecimiento a la Pachamama, a la madre tierra. Es una señal de reciprocidad que la cultura andina ha enraizado entre los habitantes de la mayor parte de las ciudades del occidente del país.
El estallido de los cohetes temprano por la mañana, encendidos para ahuyentar los males, caracteriza el despertar del martes de ch’alla, donde la gente por su cuenta hace su agradecimiento a la tierra por los bienes materiales, aunque también hay quienes contratan kallawayas para challar sus negocios, locales comerciales y casas particulares.
La “mesa” forma también parte de la tradición y en su preparación se emplean dulces, lanas e incienso, con los 12 misterios, en medio de hojas de coca.
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