El Ekeko, el personaje principal de la fiesta de la Alasita, es una figura de la que se tejen leyendas. Una de esas historias afirma que el “dios de la Abundancia” surgió desnudo.
El antropólogo Milton Eyzaguirre afirma que esta figura andina ha sido criollizada desde el siglo XVII. “Diferentes autores escribieron y coincidieron en que el Ekeko surgió desnudo en la cultura tiwanakota, en la época prehispánica, aunque no existe una fecha precisa”, señaló, en el artículo Origen, nombres y significados del Ekeko, publicado por el Servicio informativo especializado en investigación, ciencia y tecnología (PIEB).
Carlos Ponce Sanjinés dice que en la conquista española y la revolución de 1781 de Katari y Amaru, se prohibía el uso de la ropa precolombina. Por eso, la indumentaria del hombre era una especie de camisa que llegaba hasta las rodillas.
De acuerdo con lo que indica el estudioso, las mujeres de aquel entonces, sin importar su condición social, compraban la ambicionada estatuilla desnuda y “tenían la obligación de vestirla con fundas para los brazos, chaleco, bufanda y lluchu con orejeras de lana de vicuña”.
Para Eyzaquirre, el personaje fue “criollizado” en el transcurso del tiempo. “Habría una transformación física del Ekeko pero no afecta a la construcción simbólica que hay en su entorno”.
El antropólogo Milton Eyzaguirre afirma que esta figura andina ha sido criollizada desde el siglo XVII. “Diferentes autores escribieron y coincidieron en que el Ekeko surgió desnudo en la cultura tiwanakota, en la época prehispánica, aunque no existe una fecha precisa”, señaló, en el artículo Origen, nombres y significados del Ekeko, publicado por el Servicio informativo especializado en investigación, ciencia y tecnología (PIEB).
Carlos Ponce Sanjinés dice que en la conquista española y la revolución de 1781 de Katari y Amaru, se prohibía el uso de la ropa precolombina. Por eso, la indumentaria del hombre era una especie de camisa que llegaba hasta las rodillas.
De acuerdo con lo que indica el estudioso, las mujeres de aquel entonces, sin importar su condición social, compraban la ambicionada estatuilla desnuda y “tenían la obligación de vestirla con fundas para los brazos, chaleco, bufanda y lluchu con orejeras de lana de vicuña”.
Para Eyzaquirre, el personaje fue “criollizado” en el transcurso del tiempo. “Habría una transformación física del Ekeko pero no afecta a la construcción simbólica que hay en su entorno”.
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