sábado, 4 de junio de 2011

La Fiesta, espacio sociocultural que da goce y distinción

La fiesta, ya sea folklórica o electrónica, como un espacio sociocultural en el que los individuos necesitamos el reconocimiento de los otros, además de experimentar situaciones necesarias como el goce y distinción, son los principales hallazgos de la investigación en comunicación realizada por Guadalupe Pérez Cajías, trabajo que le sirvió para obtener el título de Magister en la universidad Javeriana de Bogotá, Colombia.

“Tomé los dos extremos de fiestas, una que tiene origen en los pueblos indígenas y otra que tiene un origen y un destino global. Tanto en Bolivia como en Colombia nada es seguro, pero la fiesta, se la respeta”. La investigadora tomó como muestra a los locales La Gota de Agua e Inti Ramy, y Traffic y Armando Records (peñas folklóricas y boliches de música electrónica, respectivamente) de La Paz y Bogotá.

Pérez confirma el espectro del la fiesta como sinónimo de encuentro social y de distinción social, dicotomía que releva el carácter de convivencia y comunión de las personas entre ellas, y esa suerte de diferenciación de clases que existe en toda sociedad.

“En la Gota de Agua (La Paz) por ejemplo, se sucede un fenómeno inusual que en otros espacios es poco posible experimentarlo, pues ahí se encuentra a personas de diversas clases y procedencias que comparten un momento festivo y de goce colectivo. Por más que parezca moda, existe la posibilidad latente y comprobada de encontrarse con personas de una clase muy distinta a la de uno, en torno a una celebración que le devuelve a la persona la idea de que no está solo”, explica la autora de la investigación.
 
Armando Records (Bogotá) al contrario, es un espacio donde el clasismo, la reserva y la distinción social fungen como un escudo muy bien cuidado que no permite permeabilidad alguna. Similar situación se vive en el exclusivo Traffic paceño, “aunque en una de mis tantas visitas advertí a un grupo de comensales que claramente, por su apariencia de rasgos indígenas, no pertenecían al grupo habitual del lugar; aún así ocuparon una mesa y exhibieron su poder de adquisición ante el resto, lo cual habla de los espacios de reconocimiento que se están viviendo con el actual proceso. Pero en la medida en que el lugar se llenaba, estas personas empezaron a sentirse incómodas y tuvieron que marcharse, lo cual también habla del largo proceso que significa una total reivindicación de estas personas”, señala Pérez Cajías.

También menciona similitudes entre un espacio y otro. Tanto en La Gota de Agua, como en Inti Raymi, la música que animaba estos escenarios se inició como resistencia política a la invasión extranjera y como expresión de los partidos de izquierda; sin embargo, este sentido se diluyó con el tiempo, por la masificación del folklore y el negocio de lo andino, según las conclusiones del estudio. “En todo caso, se evidencia que aún persiste una resistencia política, no en su forma tradicional sino a través de un goce excesivo y de uno mesurado. Este carácter es también parte de Traffic y Armando, expresiones de un goce que intentan romper con lo tradicional, a través de lo nuevo, lo vanguardista”, dijo la comunicadora.

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