domingo, 27 de marzo de 2011

To Tjoelker, la holandesa que baila mornada

Además de ser la consejera y jefa de Cooperación de la Embajada del Reino de los Países Bajos, es una de las más de 500 mujeres que bailan en la fraternidad folklórica Los Fanáticos. Morena holandesa

Con las trenzas largas, maquillaje, pollera y botas, To está irreconocible. Al menos en apariencia, porque así, vestida de chola, To es más To que nunca: ciudadana del mundo nacida en La Haya (Holanda), crecida en Sudán y Túnez, vecina de Ruanda, Burkina Faso, Guatemala, Bolivia y, en breve, de vuelta a África para trabajar en Mali. Tal la vida de quien se formó en Sociología para el Desarrollo y que aplica sus conocimientos desde la Embajada de los Países Bajos.

To Tjoelker llegó a La Paz el 2007. De los cuatro años que ha pasado en esta ciudad, ha bailado dos veces   en el Carnaval de Oruro y una en el Gran Poder. Este año iba a ser su tercero en la capital del folklore boliviano; pero el bloque de mujeres Macha Qhantati al que pertenece, de la fraternidad Los Fanáticos, decidió apoyar a los varones y no asistir a la fiesta en la que se prohibía que los morenos lleven el traje paceño. “Lástima”, dice quien en verdad se llama Catharina. Sin embargo, “todo es por algo” filosofa, pues en enero perdió a su madre y en febrero a su suegro y ella estaba muy triste. Se abrió entonces la posibilidad de bailar en Carnaval, pero la Jisk’a Anata se postergó por los desastres en La Paz. “Así que esos días los pasé en casa, tranquila y pensando en mis muertos”.

Como la fiesta se ha trasladado a abril, To tiene pensado bailar ese día 2 como despedida de Bolivia, pues el 5 partirá rumbo a Mali.

“Bailo por bailar”, dice, “por el ritmo, la vibra, para mí La Paz es una ciudad que vibra en cualquier momento... no puedo decir que me siento boliviana, pero sí paceña. Es raro decirlo cuando represento a Holanda en todo el país; pero así es”.

El Gran Poder, asegura la consejera y jefa de la Cooperación del Reino de los Países Bajos, “permite  encontrar gente de todo ámbito,  crear relaciones muy valiosas y profundas; a veces los diplomáticos se quedan en su mundo de expatriados, yo prefiero bailar en la calle y no en la residencia de un embajador”.

Respecto de la ayuda de Holanda a Bolivia, To enfatiza en el objetivo: que la gente viva con dignidad. Y destaca el tema cultural: “Para nosotros la cultura es un medio de buscar la comunicación. Si Holanda  no tuviera una relación financiera con Bolivia, ¿cuál sería la importancia de la relación? Pues el intercambio entre la gente, entre la riqueza de dos pueblos. Invertir en cultura es invertir en fortalecer estas relaciones”.


   Fotos: Miguel Carrasco y Klass Tjoelker

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