Tuvo brillo, pero también oscuros. El corso cruceño, telón de los tres días de mojazón, se llevó a cabo en el cambódromo con promesas cumplidas y con aspectos por mejorar.
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La ACCC, organizadora del evento, aseguró que la juventud regresaría y se haría sentir, y así fue. Juventud y Jarana Carnavalera se unieron al desfile de las 97 comparsas y agrupaciones con grandes carros alegóricos y coreografías, mientras que Jenecherú se acomodó en una pascana, haciendo esfuerzos de miles de dólares para participar.
Otro punto a favor, el esfuerzo de los coronadores, los Cambas Holgazanes, que lograron la asistencia de los Moros D'Alquería, representantes de las tradiciones españolas de ascendencia árabe, y que han viajado por 30 países con su espectáculo, incluyendo esta vez a Bolivia.
Tarea pendiente, la puntualidad en la partida de las comparsas. Un ejemplo, la soberana debía pasar por el palco de la ACCC a las 22:30, pero se retrasó más de dos horas. Asimismo, los baches fueron muy evidentes, sobre todo entre los Tauras y los coronadores, ya que el orden de desfile inicial no fue respetado por otras agrupaciones.
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