“Mi primer modelito para el Gran Poder... que me vaya bien, que me vaya lindo”, dice Cristina Laura, mientras deja caer un chorro de cerveza alrededor del maniquí. “Siempre que me he challado me ha ido bien”, agrega la artesana.
Juan Carlos Choque dice que hay que challar el primer modelito para atraer a la suerte y que haya trabajo durante la festividad. Él se dedica a la confección de mantos para las imágenes religiosas que también estrenarán vestimentas.
Dos artesanos acompañan a Laura en el ritual y toman un vaso de cerveza antes de seguir su labor. Éstos trabajan a contrarreloj para tener listos los modelos que lucirán los bailarines en la entrada.
En el caso de la morenada, cada traje se elabora en un par de semanas. Sin embargo, en los talleres los bordadores deben hacer su labor a mayor velocidad porque algunos bailarines ya piden que se les entreguen las primeras muestras.
En el caso de los comerciantes de Los Andes, éstos trabajan junto a sus familias. Y estiman que en los talleres están entre cinco y 12 personas para dar las últimas puntadas a las prendas.
Pero no sólo se alquilan los vestuarios. Para quienes deseen comprar cualquier vestimenta, también están disponibles. Por ejemplo, un traje de moreno cuesta alrededor de 2.500 bolivianos.
Para este año, los comerciantes buscan (a pedido de los bailarines) nuevos modelos y colores para lucir en la entrada. Según explica Ana María Quispe, las chinas que bailan morenada buscan imponer este año la moda de los trajes color uva (púrpura). Igual opinan otras siete bordadoras.
Pero, según Cristina Laura, aún existe interés por usar los colores patrios en los vestuarios.
Pero las prendas que convocan la atención de los transeúntes de Los Andes son unos calzoncillos y calzones colgados en Bordados Urus. Son de textura tornasol y, según la vendedora, Ana María Quispe, tienen muy buena aceptación entre las folkloristas. “Esta ropa es bonita y cómoda”. Cada prenda vale 15 bolivianos.
La diablada postula a patrimonio nacional
Los cinco decretos que postulan como Patrimonio Cultural del Estado a cinco danzas bolivianas fueron aprobados por el Senado hace unos días y se espera la firma del presidente Evo Morales para la promulgación oficial.
Según informó Javier Escalier, responsable de Festivales y Encuentros del Ministerio de Culturas, esta medida servirá para preservar el patrimonio cultural y folklórico: “Es una defensa de nuestras danzas nacionales, al margen de la región o la festividad”.
El ministerio también postuló a la diablada para que este baile sea considerado como un patrimonio nacional. Las interpretaciones que ya se postularon a esta declaratoria son: morenada, caporales, saya, llamerada y kullawada.
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