Los artesanos de la pre feria de la Alasita, más conocidos como mayoristas, instalaron ayer sus puestos en medio de problemas, pues todavía no tenían espacios para asentarse e incluso denunciaron que una de sus dirigentes los estafó.
Aproximadamente 240 vendedoras comercializarán desde hoy sus productos en miniatura y al por mayor. La preferia de la Alasita se instala en la avenida Simón Bolívar y en el inicio de la calle Juan de la Riva.
Los artesanos enfrentaron un primer conflicto la noche del viernes, debido a que uno de los sectores pretendía extender sus puestos y afectar a otro de ellos. Empero, el conflicto fue solucionado por las autoridades ediles, quienes les dijeron que debían instalarse en los mismos espacios del pasado año.
“Teníamos problemas con el sector Kantuta”, explicó una de las vendedoras, que, junto a sus compañeras, protagonizó una marcha el viernes por la noche.
Empero, ayer, las vendedoras todavía esperaban la delimitación de los puestos para poder instalar sus tarimas y exponer sus productos.
“Estamos queriendo acomodarnos con nuestras tarimas, como siempre nos sentamos, tratar de ocupar el espacio para poder traer mañana (hoy) todo el producto que exponemos”, dijo una de las comerciantes a Unitel.
Otra de las vendedoras denunció que fueron engañadas por una de sus dirigentes porque ella recaudó entre 200 y 300 bolivianos por afiliado para entregarles una patente a fin de que se asienten en ese sector.
Aproximadamente 240 vendedoras comercializarán desde hoy sus productos en miniatura y al por mayor. La preferia de la Alasita se instala en la avenida Simón Bolívar y en el inicio de la calle Juan de la Riva.
Los artesanos enfrentaron un primer conflicto la noche del viernes, debido a que uno de los sectores pretendía extender sus puestos y afectar a otro de ellos. Empero, el conflicto fue solucionado por las autoridades ediles, quienes les dijeron que debían instalarse en los mismos espacios del pasado año.
“Teníamos problemas con el sector Kantuta”, explicó una de las vendedoras, que, junto a sus compañeras, protagonizó una marcha el viernes por la noche.
Empero, ayer, las vendedoras todavía esperaban la delimitación de los puestos para poder instalar sus tarimas y exponer sus productos.
“Estamos queriendo acomodarnos con nuestras tarimas, como siempre nos sentamos, tratar de ocupar el espacio para poder traer mañana (hoy) todo el producto que exponemos”, dijo una de las comerciantes a Unitel.
Otra de las vendedoras denunció que fueron engañadas por una de sus dirigentes porque ella recaudó entre 200 y 300 bolivianos por afiliado para entregarles una patente a fin de que se asienten en ese sector.
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